Día mundial del Alzheimer y su prevención con folato
Conmemorando la batalla contra el Alzheimer con el folato
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En un mundo donde la memoria y la claridad mental son tesoros invaluables, el Alzheimer se alza como una desafiante realidad, por ello, desde 1994 la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Internacional del Alzheimer proclamaron al 21 de septiembre como día mundial del Alzheimer.
Es un día para recordar a aquellos que han enfrentado el Alzheimer y para honrar a sus cuidadores y familias, cuyo compromiso y amor inquebrantable son dignos de admiración.
Aunque la importancia de este día no se limita a la conmemoración, sino que también radica en la creación de conciencia sobre la enfermedad, pues conocer los síntomas, los desafíos y las formas de apoyo disponibles es fundamental para comprender y apoyar a quienes padecen de esta afección.
Además, el día mundial del Alzheimer busca desvanecer el estigma que a menudo rodea a las enfermedades cognitivas, fomentando empatía y compasión en nuestra sociedad.
¿Qué es el Alzheimer?
Si nos basamos en la definición textual del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Alzheimer es una enfermedad que afecta las células del cerebro (neuronas), provocando que se degeneren y mueran, provocando un deterioro progresivo en la capacidad para procesar el pensamiento del padeciente (memoria, orientación, lenguaje, aprendizaje, cálculo, etc.).
Según datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud, la enfermedad de Alzheimer prevalece como la variante más frecuente de demencia. Se estima que abarca alrededor del 60% al 70% de los casos diagnosticados.
A medida que avanza el Alzheimer, se producen cambios en el cerebro, como la acumulación anormal de proteínas (placas de beta-amiloide y ovillos de proteína tau) que interfieren con la comunicación entre las células nerviosas y provocan su muerte. Esto resulta en la pérdida progresiva de la memoria, el razonamiento, la orientación, la capacidad de comunicarse y llevar a cabo tareas cotidianas.
Los síntomas iniciales pueden incluir olvidos frecuentes, dificultades para encontrar las palabras adecuadas o perderse en lugares familiares. Con el tiempo, los síntomas pueden volverse más graves y afectar la capacidad de una persona para cuidarse a sí misma.
El Alzheimer no tiene cura, pero existen tratamientos y terapias que pueden ayudar a aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas. La investigación en esta área es continua en busca de una mejor comprensión de los mecanismos de la enfermedad y posibles formas de prevenir o retrasar su aparición.
¿Cómo ayuda el folato a prevenir el Alzheimer?
El folato se presenta como un compañero poderoso en la lucha con la prevención del Alzheimer, colaborando con la vitamina B12 para mantener los niveles de homocisteína bajo control y proteger la función cerebral.
Folato: mucho más que un participante de la familia B
El folato, también conocido como vitamina B9, se une a otros miembros de la familia B para desempeñar un papel esencial en la función celular y la síntesis de ADN.
Sin embargo, su importancia no se detiene ahí; esta vitamina también participa en la formación de neurotransmisores, los mensajeros químicos que permiten que las células nerviosas se comuniquen entre sí.
Homocisteína y su vínculo con el Alzheimer
Aquí es donde el folato hace una entrada dramática, puesto que una de las formas en que la vitamina B9 puede contribuir a la mejora cognitiva y la prevención del Alzheimer es a través de su impacto en los niveles de homocisteína, un aminoácido que, cuando se acumula en exceso en el cuerpo, puede dañar los vasos sanguíneos y las células nerviosas.
Altos niveles de homocisteína se han asociado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y, en el caso de la salud cerebral, con un mayor riesgo de deterioro cognitivo y enfermedad de Alzheimer.
El tándem entre la vitamina B12 y el folato
Aquí es donde entra otro jugador en la ecuación: la vitamina B12, que junto con la vitamina B9, producen efectos en la regulación de los niveles de homocisteína.
La vitamina B12 ayuda a convertir la homocisteína en metionina, un aminoácido menos perjudicial. Sin suficiente vitamina B12, la homocisteína puede acumularse, lo que aumenta el riesgo de daño cerebral.
Uniendo las piezas del rompecabezas
La relación entre el folato, la vitamina B12 y la homocisteína arroja luz sobre cómo estas vitaminas pueden desempeñar un papel en la mejora cognitiva y la prevención del Alzheimer.
Mantener niveles óptimos de folato y vitamina B12 a través de una dieta equilibrada y, si es necesario, suplementos, podría ayudar a reducir los niveles de homocisteína y, por lo tanto, proteger las células nerviosas y la función cognitiva.
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